El Maratón Internacional Lala es una maratón de trayecto que se celebra cada año desde 1989 recorriendo las principales calles de la zona metropolitana de La Laguna. Es el único maratón interestatal en Mexico, comenzando en Gómez Palacio, Durango, luego pasa por Lerdo y tras cruzar un puente entra a Torreón, Coahuila.

Hay algo en el maratón que es difícil de explicar hasta que lo vives. No se trata solo de correr 42 kilómetros y 195 metros, sino de todo lo que implica llegar hasta la línea de meta. Es un proceso que consume, exige y transforma. Ahora entiendo por qué lo llaman la fiebre del maratón: una pasión que se instala en la mente y el cuerpo, y que, una vez que te atrapa, nunca te suelta.

Hay algo en el maratón que es difícil de explicar hasta que lo vives. No se trata solo de correr 42 kilómetros y 195 metros, sino de todo lo que implica llegar hasta la línea de meta. Es un proceso que consume, exige y transforma. Ahora entiendo por qué lo llaman la fiebre del maratón: una pasión que se instala en la mente y el cuerpo, y que, una vez que te atrapa, nunca te suelta.

Desde el primer día de preparación, el maratón empieza a moldearte. Cada jornada de entrenamiento es un acto de disciplina; cada kilómetro acumulado, un pequeño sacrificio en busca de un propósito mayor. Aprendes a respetar los tiempos de descanso, a escuchar a tu cuerpo y, sobre todo, a negociar con tu mente cuando el cansancio amenaza con detenerte.

Correr el Maratón Lala no fue solo una prueba física, sino una experiencia de autoconocimiento. Durante la carrera, viví momentos de concentración absoluta, instantes de crisis en los que mi cuerpo pedía frenar, ráfagas de valentía para seguir adelante y episodios de desesperación cuando la meta aún parecía lejana. Pero en cada uno de esos momentos había también una chispa de pasión, un recordatorio de por qué estaba ahí y de todo lo que había dado para llegar hasta ese punto.

Lo que más me marcó fue esa sensación de desgaste progresivo, de cómo la carrera va acabando con tu energía kilómetro a kilómetro, poniendo a prueba tu determinación en cada paso. El maratón es un duelo entre la mente y el cuerpo, y sólo quien aprende a dominarlo entiende su verdadero significado. Al final, lo que más importa no es el tiempo en el cronómetro, sino la fuerza de voluntad que despierta en ti.

    Esa es la victoria más grande.

No hay suficientes palabras para agradecerle a mi cuerpo por haber resistido, a mi mente por convencerme de que aún podía dar un paso más y a mi alma por mantenerme sereno cuando todo parecía desmoronarse. Lo único que sé es que, después de cruzar la meta, todo en la vida parece posible. Esa es la verdadera magia del maratón.

Una vez que lo vives, ya no eres el mismo. Y por eso, quienes lo corremos, siempre volvemos por más.

RUN WITH THE MIND © 

Por Luis Arenas 

Atleta Profesional – 3er lugar en el Maratón Lala, Torreón, México, 2025

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